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comprende cuán difícil es hacerse cargo de todas estas argucias, y, como dice Eurípides en sus versos: "¿No tenéis más que palabras? Pues en palabras se os pagará; "Pero si mostráis obras, se os pagará un obras. Lo cierto es que aquí es preciso obrar como uno obra con su padre No se da todo absolutamente a un padre, porque hay ciertas cosas que se reservan para la madre, por más que el padre sea superior. Tampoco se inmolan todas las víctimas sólo a Júpiter, ni recibe éste todos los homenajes de los hombres, sino únicamente los que le son debidos más particularmente. Asimismo, puede decirse que hay cosas que deben hacerse en obsequio del amigo, que nos es útil y que hay otras cosas que deben hacerse en obsequio del hombre de bien. Puede 251 www.elaleph.com Aristóteles donde los libros son gratis alguno daros pan y satisfacer todas vuestras necesidades, sin que estéis obligado a vivir con él; y, recíprocamente, puede vivirse con alguno sin darle lo que él tampoco da en estas relaciones de verdadera amistad, y no hacer por él más de lo que hace el amigo por interés. Pero los amigos que, unidos por el mismo motivo, conceden todo a la persona que aman, hasta lo que no debían conceder, son hombres indignos de estimación. Las definiciones que se dan de la amistad ordinariamente se aplican todas, si se quiere, a la amistad, pero no a la misma amistad. Por tanto, debe quererse el bien para el amigo por interés, para el que ha sido vuestro bienhechor, y para el que es vuestro amigo, como lo exige la virtud. Pero esta definición de la amistad no comprende todo esto. Se puede muy bien desear la existencia de uno y vivir con otro, como se puede ver sólo en una relación el placer y en otra compartir las alegrías y las penas con su amigo. Pero todas estas pretendidas definiciones jamás se aplican todas a una sola y misma amistad. De aquí procede que las definiciones son numerosas, y que cada una parece aplicarse a una sola amistad, si bien no hay tal cosa. Tomemos, por ejemplo, la definición que pretende que la amistad consiste en desear la existencia del amigo. Pues bien, no es exacta, porque el que está en una posición superior o el que es bienhechor respecto de otro quiere también la existencia de su propia obra, lo mismo que se desea larga vida al padre que os ha dado el ser, sin hablar de lo que en justa reciprocidad se le debe. Pero no es con el favorecido con el que se quiere vivir, sino sólo con el que os gusta y os es agradable. Los amigos pueden tener disgustos entre sí siempre que aman las cosas más bien que al que las posee, porque, en el fondo, sólo son amigos de las cosas; por ejemplo, uno prefiere el vino, que le parece exquisito, al amigo que se lo da, y otro prefiere el dinero, porque el dinero le es útil. ¿Deberemos indignarnos y acusar al amigo, porque ha preferido una cosa, que para él vale más, a una persona que vale menos a sus ojos? Se quejan de esto, sin embargo, las gentes sin advertir que en aquel momento se desearía encontrar al hombre de bien, mientras que antes sólo se buscaba al hombre agradable o al hombre útil. 252 www.elaleph.com Moral donde los libros son gratis CAPÍTULO XII DEL AISLAMIENTO Y DE LA VIDA EN COMÚN Para completar estas teorías es preciso estudiar qué es la independencia que se basta a sí misma, y compararla con la amistad, para ver sus relaciones y su valor recíproco, porque puede preguntarse si en el caso de que alguno sea absolutamente independiente y se baste a sí mismo en todo, podrá aún tener un amigo, si es cierto que sólo por necesidad se busca un amigo. Pero si el hombre de bien es el más independiente de todos los hombres, y si la virtud es la única condición de la felicidad, ¿qué necesidad tiene aquél de ningún amigo? El ser que se basta plenamente a sí mismo no tiene necesidad ni de gentes que le sean útiles, ni de los que sean benévolos con él, ni de la vida en común, puesto que puede ampliamente vivir solo y a solas consigo mismo. Esta independencia absoluta resalta, sobre todo con evidencia, en la Divinidad. Es claro que Dios, no teniendo necesidad de nada, no necesita amigos, ni los tiene, como no tiene tampoco ni poco ni mucho el carácter del dueño, que manda a esclavos. Por consiguiente, será el hombre más dichoso el que menos necesidad tenga de amigos, o, más bien, no tendrá necesidad de ellos sino en la misma proporción en que es imposible al hombre ser absolutamente independiente y bastarse a si propio en el aislamiento. El hombre muy virtuoso necesariamente ha de tener pocos amigos, y cada vez tendrá menos No trata de procurárselos, y no sólo se desentiende de los amigos útiles, sino también de los que serían dignos de ser escogidos para la vida común. También en este caso resulta con toda evidencia que no debe buscarse al amigo por el uso que pueda hacerse de él, ni por el provecho que pueda sacarse, sino que el único verdadero amigo es el que lo es por virtud. Cuando no necesitamos de nadie, buscamos siempre los que pueden gozar con nosotros de nuestros bienes, y preferimos los que están en posición de recibir nuestros beneficios a los que pudieran dispensárnoslos. Nuestro discernimiento es más justo cuando carecemos de alguna cosa; en esta última situación es cuando 253 www.elaleph.com Aristóteles donde los libros son gratis experimentamos la necesidad de tener amigos dignos de vivir con nosotros.
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